Hay varias razones para que nuestra selección respete al potente combinado argentino. Claro, son una potencia mundial, dos veces campeón del mundo. Y aparte de pasar caminando las eliminatorias, poseen un arsenal de jugadores de nivel mundial: Saviola, Tevez, Agüero, Mascherano, Cambiasso, Riquelme y el que quizás es el mejor jugador del mundo en estos momentos: Lionel Messi.
El zurdo del Barça es quizás la mayor amenaza de la albiceleste. Lleva 8 goles convertidos por la liga y unos mas por la Champions, y además, es el principal rival de Kaká para arrebatarle el Balón de Oro. Y apenas tiene 20 años.
En todo el mundo, Messi es comparado con alguien que es un dios al otro lado de la cordillera: Diego Armando Maradona. Claro, las similitudes son muchas: ambos son zurdos, bajitos, han convertido goles asombrosos y también otros con trampitas, pero Maradona fue único y Messi no es de la misma especie de Diego. Diego era el gran 10, hacia todo y todo bien (menos defender y pegarle con la derecha); chuteaba de larga distancia, cabeceaba pese a su estatura, era un excelente habilitador, tenia una inmensa capacidad goleadora, iba bien de tiro libre, etc. Por otro lado, Messi no es un gran rematador, ni va bien de cabeza ni en los tiros libres, etc, pero tiene la gran virtud de poseer una explosividad descomunal. Regatea y corre, con el área en la mira, y eso es lo único que hace, pero lo hace bien, con un ojo en la pelota y otro en el arco. Por eso Bielsa, ojo con La Pulga.
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